El gato Sphynx o Esfinge, uno de los más excéntricos

Para empezar a hablar de esta raza tan especial, os contamos una curiosidad interesante: el director Steven Spielberg se inspiró en su figura para llevar al cine una de sus creaciones más entrañables: ET, el extraterrestre.

No hay duda de que es una raza de gato muy especial. Absolutamente inconfundible, gracias a su aparente ausencia de pelo, que es resultado de una mutación genética natural, vista por primera vez en Canadá, en 1964. Quizás lo más impresionante de este gato no sea su gótica figura sino su elevado precio. La cría del Esfinge está aún en sus comienzos. Tanto en Europa como en Estados Unidos sus criadores son poquísimos. El motivo es su rareza: sólo hay una cincuentena de Esfinge en todo el mundo. Por eso es extremadamente difícil encontrar sujetos, sobre todo porque el gen que determina la ausencia de pelo es recesivo.

Su comportamiento es afectuoso y dependiente, con lo que recuerda más al de un perro. Dinámico y afable, no tolera demasiado bien la soledad. Se suele llevar bien tanto con otros gatos como con perros, pero hay que aclarar que esa sociabilidad y dependencia no le restan en absoluto el porte aristocrático propio de estos felinos.

El gato Sphynx o gato Esfinge, sin duda es uno de los más excéntricos representantes felinos, es un gato muy especial. Absolutamente inconfundible, dado que no presenta el tradicional revestimiento de pelo, no es para todos los gustos, pero recompensa su dueño con un temperamento afectuoso y sociable.

A pesar de su delicado aspecto, es un gato saludable que tan solo necesitará algunos cuidados extras, de los que hablaremos a continuación. Para el Sphynx es mejor vivir en un clima templado, aunque cabe destacar que su piel le protege del frío, ya que, para subsanar la falta de pelo, la temperatura de su cuerpo es superior a la normal. A pesar de ello, buscará siempre el calor, y no es un gato que pueda vivir en el exterior. Le gusta mucho el sol y, aunque no es frecuente, habrá que estar atento para evitar insolaciones o quemaduras.

Su dieta debe ser equilibrada y rica en calorías y proteínas, ya que al no tener la protección del pelo gasta una parte importante de ellas en mantener la óptima temperatura de su pequeño cuerpo. Otra peculiaridad del Sphynx es que su piel excreta grasa que hay que limpiar, ya sea con baños periódicos o con toallitas. También sus oídos producen más cera de lo normal, e igualmente hay que higienizar ese exceso de forma adecuada.

Por lo demás, requiere la misma atención que cualquier otro animal que nos acompañe en nuestro día a día. Aparte de la suculenta comida (en mayor cantidad que otras razas de gatos), el cariño y los mimos serán nuestra mejor retribución a su señorial presencia.

En España, la Federación Internacional Felina aceptó esta raza a partir de enero de 2002.

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