La historia de la humanidad está íntimamente ligada a la del ser humano. Por eso, gatos y humanos han vivido historias conjuntas impresionantes. Y es que, por ejemplo, ¿sabías que el grupo de palabras asociadas con el gato (CATT, cateterismo, chat, katze) derivan de la catus latín, que significa gato doméstico?
El término “pus” es la raíz de la palabra principal para “gato” en rumano y la raíz de las palabras secundarias en lituano (puz) y Low PUUs, alemán. Algunos estudiosos sugieren que “pus” podría ser la palabra imitativa del silbido que se utiliza para llamar la atención de un gato.
Por otro lado ¿Sabías que el primer gato en el espacio era un gato francés llamado Felicette (alias “Astrocat”)? En 1963, Francia criticó la salida del gato al espacio exterior, ya que los electrodos implantados en su cerebro enviaban señales neurológicas a la Tierra, algo muy nocivo para el animal. Sin embargo, el gatito consiguió sobrevivir al viaje.
En el mundo de los gatos también hay muchísimas leyendas, que no se saben si son ciertas o no, además de muchos paisajes bíblicos protagonizados por gatos. Por ejemplo, según la leyenda hebrea, Noah oró a Dios para proteger toda la comida que almacenaba en el arca, para que ésta no fuera devorada por las ratas. En respuesta, Dios metió un gato en el arca.
Y es que los gatos son animales muy especiales, incluso son considerados como seres místicos en muchas culturas. Las razones son su agilidad, magia, resistencia… Por ejemplo, algunos gatos han sobrevivido a caídas de más de 20 metros, en gran parte debido a su “reflejo de enderezamiento.” Los ojos y los órganos del equilibrio en el oído interno le dicen donde está en el espacio para que pueda aterrizar encima de sus pies. Incluso los gatos sin cola tienen esta habilidad.
Finalmente, una última leyenda: Cuando un gato de la familia moría en el antiguo Egipto, los familiares lloraban mientras realizaban el afeitado de sus cejas. También celebraron funerales elaborados durante los cuales bebían vino y golpeaban sus pechos.
