Cómo adaptar a mi gato a un nuevo hogar

Para quienes habéis vivido una mudanza y el consiguiente cambio de casa para vuestros gatos sabéis que muchas veces el estrés y la confusión que sufre el animal complica mucho la adaptación. Tener conocimientos y trucos para facilitar a los gatos su ‘mudanza emocional’ es garantía de éxito y antídoto para posibles fugas.

Los gatos sufren muchísimo cualquier tipo de cambio en su hábitat natural, ya sea la llegada de nuevas mascotas o miembros a la familia o una mudanza. El peligro de fuga se dispara, y es posible que nuestro animal entre en una pequeña depresión con cuadros de ansiedad. Saber qué hacer es fundamental a la hora de evitar males mayores.

Lo más importante es dejarlos un poco a su aire, pero a la vez prestar atención a sus movimientos. Un punto a nuestro favor será poder facilitarles el mismo comedero, cama y rascador y colocárselos en un punto de la casa tranquilo donde no haya mucho tránsito.

Un truco será llegar al nuevo hogar y ver qué habitación o estancia elige nuestro felino. En el rincón donde él se sienta más a gusto deberemos, en la medida de lo posible, dejarle sus pertenencias. Las ventanas deben permanecer cerradas o lejos de su alcance los primeros tres meses de adaptación a su nueva vivienda, ya que los riesgos de fugas son muy altos.

Durante las primeras semanas también deberemos tener más momentos de intimidad con el felino, acariciándolo, cepillándole el pelo e intentar por todos los medios dedicar una media de 15-30 minutos al día para jugar con él. Así se irá liberando del estrés y también empezará a coger cariño a las nuevas zonas de la casa.

Otra cosa que suele funcionar bien en los casos de adaptación de gatos a nuevos hogares es mantener largas conversaciones con el gato, mencionándolo varias veces e intentando explicarle todo lo que está pasando. Parece una tontería, pero la interacción vocal con los felinos suele funcionar a la hora de relajar su estado de ansiedad.

Cosas a evitar: Las aglomeraciones de gente, la entrada a la casa de otras mascotas cuando el gato aún no se ha terminado de adaptar a su nuevo hábitat, así como el ruido y el alborozo. Otra cosa importante a la hora de lograr que un felino no sufra estrés y se adapte cuanto antes a un nuevo entorno es que el dueño y encargado de su reeducación se muestre en todo momento tranquilo y sosegado, ya que los animales perciben enseguida los estados de miedo y desconfianza de los humanos. Si nos mostramos nerviosos, alterados, enfadados o frustrados con sus actitudes, el gato no sólo no cesara en ellas, sino que las incrementará.

También hay que tener en cuenta factores coyunturales como por ejemplo, que los gatos más veteranos lo pasan peor ante los cambios que los jóvenes, o que las gatas hembras son más sensibles a los cambios que los machos. Así que si tenemos que readaptar a una gata veterana, habrá que hacerlo con mucho más mimo y ahínco que su fuera un gato joven.

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